Devociónal | ¿Quién podrá salvarse?
- Enmanuel Cruz
- 6 mar 2017
- 6 Min. de lectura
"Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios". (Marcos 10:25-27).
¿Quién podrá salvarse?
Jesús iba caminando cuando un hombre rico llegó corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: maestro bueno, "¿Qué haré para heredar la vida eterna?".
Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.
Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (Marcos 10:17-22).
¿Cuantas cosas le faltaban a este hombre?
Este hombre siempre había respetado los mandamientos de la Ley, pero tenia una gran duda en su corazón, que podría faltarle algo, todo el que intenta ganar su salvación con sus propios medios o propio esfuerzo tendrá dudas de si ha hecho lo suficiente. (llegando a caer en legalizmos/fariseísmo/religiosidad: añadiendo obras u obediencias de leyes y dogmas intentando añadir meritos propios, presuponiendo que esa obediencia es la base de su aceptación).
No le faltaba vender y dar todo a los pobres, sino remover su ídolo de su corazón, "le faltaba todo", amaba más las riquezas. Amó más sus posesiones que la vida eterna y al dador de la vida eterna. Y cuando Jesús le dijo: "Anda, vende todo lo que tienes, y dalos a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo; y ven y sígueme, tomando tu cruz. Él entristecido por esta palabra, se fué triste, porque tenía muchas posesiones. El vender y dar todo era la prueba de que habría removido su ídolo y amaba a Dios sobre todas las cosas, con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerza, siendo Dios el único objeto de su amor y de su adoración, siendo Dios su única sastifación y su única confianza. He ahí lo equivocado que estaba, que ni la ley que decía que cumplía, no la cumplia, no era cierto, pensaba el jóven rico que estaba cerca en su propio criterio, pero quedó en evidencia que estaba muy lejos, porque es imposible llenar esa medida. No hay justo, ni aun uno. (Romanos 3:10).
"Todo o nada"
Si el Señor Jesucristo no lo es todo para ti, tampoco será nada para ti, si no renuncias a todo lo que posee no eres su discípulo. (Lucas 14:26,33).
Si tienes puesta toda tu confianza en algo o alguien que no sea Dios, es idolatría. Es imposible aferrarse a todas esas cosas y al mismo tiempo aferrarse al Señor.
"El problema no era que el tenía muchas riquezas, el problema era que las riquezas lo tenían a él".
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Cuán difícilmente entraran en el reino de Dios los que tienen riquezas!". Sorprendidos exclamaron: "¿Quién, pues, podrá ser salvo?". Impregnados con ideas de esa época, consideraban la riqueza como una prueba del favor de Dios, ignorando que la forma de obrar de Dios desafía nuestras ideas preconcebidas. Jesús los miró y les respondió: "Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios" (Marcos 10:27).
Estando esclavizado por otras cosas es imposible amar a Dios, es imposible amar su gloria si amamos otra cosa que no sea su gloria. Es imposible seguir a Cristo sin estar dispuesto a renunciar a todo. Si renuncias a todo por amor a Cristo, lo obtendra absolutamente todo, perderlo todo, para ganarlo todo, "renunciar a todo, para verdaderamente tenerlo todo". El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará (Mateo 10:39, Marcos 8:35, Lucas 17:33, Juan 12:25). "Con el Señor es todo o nada". El que no esta dispuesto a pagar ese precio, no puede ser su discípulo, es decir no puede se cristiano. Tener a Cristo es tenerlo todo, tener a Cristo, aunque no tengas nada más, es tenerlo todo. Y tenerlo todo aqui y ahora sin tener a Cristo, es tener nada una existencia miserable y una perdida total cuando traspase la linea que separe el tiempo de la eternidad.
"La salvación solo es posible para Dios a través de la persona de Cristo, la salvación es imposible para los hombres, pero posible para Dios".
No podemos por nosotros mismo romper las cadenas de nuestra esclavitud, no pretendamos hacer con nuestra propia fuerza lo que solo Dios puede hacer por nosotros, somos demasiado débiles, la salvación es imposible para el hombre, no podemos pagar nuestra deuda con la justicia de Dios por causa de tus pecados, no puedes cambiar por ti solo la inclinación de tu corazón, nesecitamos la justicia de Cristo para que sea puesta a nuestra cuenta como intercambio de nuestra propia justicia y a menos que vengamos a Cristo con arrepentimiento y con fe y Dios que es Todopoderoso, si puede y de hecho quiere hacerlo.
Pobres o ricos, somos incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Dudamos de nosotros mismo, dudamos de tener la capacidad para hacer lo que Dios demanda, y en verdad es una gran verdad, el hombre no puede, ni tampoco quiere, ni tiene la capacidad por si solo de hacer lo que Dios demanda y necesita para salvarse. Sin embargo, a los que no tienen nada les es más fácil aceptar el Evangelio... Si otra cosa esta ocupando el lugar de Dios en tu corazon, es mas dificil aceptar el Evangelio... Seamos quiene seamos, reconozcamos que no podemos hacer nada para obtener la vida eterna y depositemos nuestra confianza en Dios. Él lo puede todo. Él da la fe (Filipenses 1:29) y transmite la vida eterna ( Juan 3:15-16,34, 4:14, 5:24, 6:40,47,54,68, 20:28) . "Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; (Efesios 2:8).
"Si la salvación se basara en nuestros propios esfuerzos, nadie podría salvarse"
"Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios." (Romanos 3:23).
Salmo 143:2 añade: "no se justificará delante de ti ningún ser humano". Romanos 3:10 afirma, "No hay justo, ni aun uno".
Nosotros no podemos salvarnos a nosotros mismos. Por el contrario, somos salvos cuando creemos en Jesucristo. “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:8-9)
Somos salvos por la gracia de Dios y la gracia, por definición, "Es un favor inmerecido", no puede ser ganada. No merecemos la salvación; simplemente la recibimos por la fe.
La gracia de Dios es suficiente para cubrir todos los pecados (Romanos 5:20). La Biblia está llena de ejemplos de personas que se salvaron de antecedentes pecaminosos. Pablo escribió a los cristianos que anteriormente habían estado viviendo en una variedad de condiciones pecaminosas, incluyendo embriaguez, idolatría, adulterio, homosexualidad, robo, avaricia e inmoralidad sexual. Pero Pablo les dice que, al ser salvos, "mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. " (1 Corintios 6:9–11).
A menudo, Dios elige salvar a los candidatos más improbables para cumplir sus propósitos. Salvó a un ladrón en una cruz con sólo unos minutos para vivir (Lucas 23:42–43), un perseguidor de la iglesia (Pablo), un pescador que le había negado (Pedro), un soldado romano y su familia (Hechos 10), un esclavo fugitivo (Onésimo en el libro de Filemón) y muchos otros. No hay nadie más allá del poder de Dios para salvar (Isaías 50:2). Debemos responder por fe y recibir Su regalo gratuito de vida eterna, su don inefable.
¿Quién puede ser salvo?
Nadie, si Dios mismo no lo salva. Pero él puede y quiere hacerlo, y nos anima a ir a él cuanto antes, con confianza, por medio de Jesucristo. Ven a Cristo con arrepentimiento y fe y obtendrá el perdón y como fin la vida eterna.
¿Qué es lo único que te falta?
No importa si eres rico o pobre, si quieres heredar la vida eterna una sola cosa te falta. Reconoce tu impotencia para salvarte, ven a Cristo con arrepentimiento y con fe, y reconocelo unicamente a Él como Señor y Salvador. No confíes en tus buenas obras, no confíes en tu religión, por tu confianza y fe en Cristo y en su obra en la cruz.
(Enmanuel Cruz).
